viernes, 28 de septiembre de 2012

El papel de la familia en la prevención del delito.


En la actualidad el delito se ha elevado en  números y en intensidad, los medios de comunicación han puesto de moda a algunos delincuentes dándole proyección a sus actos más despiadados. Estos, y otro sin fin de fenómenos son los que le han estado dando forma al entorno criminal o delictivo del país. Pero la pregunta que tenemos que hacernos es ¿Qué estamos haciendo desde nuestra familia para cambiar la situación?, es decir, hoy la gente critica, ataca, y reprocha sin argumento a los gobiernos, solo con el calor del sentir generalizado  guiado por la percepción del entorno. Y quizás si tengan gran responsabilidad los gobiernos, en sus tres niveles, ya que una parte de los factores que influyen para la comisión de conductas criminales están en sus manos. Al exigir se debe hacer con argumentos duros, y de la mano con esa coherencia que debe haber entre lo que decimos y lo que hacemos. El comenzar con las conductas propias es un buen punto de partida para lograr ese equilibrio familiar que hoy en día sabemos que es clave para prevenir las conductas antisociales, la familia es medular en la adecuada formación para el comportamiento de un individuo en sociedad.
Se han llevado a cabo entrevistas a miles de delincuentes del sistema penitenciario de Baja California, donde se encontró que casi la totalidad de ellos venían de hogares disfuncionales y buscaban en las calles la aceptación que no tenían en casa.  De ahí la importancia de un entorno familiar funcional.
“El valor y los principios de la ética familiar…. no tiene precio”…Dr. Cureces Ríos
En la actualidad, dentro del seno familiar se han distorsionado dramáticamente valores que son indispensables para una formación moral sólida que le permita al individuo tener una adecuada percepción y comprensión de lo que sucede en su entorno. Si queremos prevenir conductas antisociales desde la familia, debemos trabajar en los valores y el adecuado uso de la libertad, dentro de estos valores podemos mencionar algunos como: la generosidad, la responsabilidad, el respeto, la justicia, la lealtad, la autoestima, tolerancia, entre otros. Cabe señalar que estos valores no solo se platican, sino que deben ponerse en práctica como conducta diaria para que logren impregnarse en el vivir del individuo. Para esto, los padres juegan un rol importantísimo ya que son los que guiaran en la práctica a los demás integrantes de la familia (hijos) sirviendo como modelos de conducta.
El darles la adecuada atención a nuestros hijos desde una temprana edad es primordial para su crecimiento y formación, desde pequeños podemos ir dándoles herramientas para no caer en conductas criminales, cuidando detalles como la comunicación, el que no tengan modelos de violencia o adicciones, la inteligencia emocional, la disciplina, el respeto a la autoridad, entre otros. A sabiendas de que la conducta antisocial es multifactorial, y que con esto no erradicamos otra parte de esos factores que influyen a la comisión de un delito o conducta antisocial, de alguna manera si vamos a blindar de dichos factores exógenos que no están en nuestras manos, y a futuro nos va alejar de problemas tan actuales y tan impregnados en nuestra sociedad como las adicciones, el narcotráfico, las pandillas, el robo, la violencia, por mencionar algunos.
Quizá esta no sea la fórmula para salvar al mundo, pero si es una idea de cómo podemos, desde nuestra trinchera, ayudar y proteger a los que más queremos, y al lograrlo también aportamos nuestro granito de arena para formar de manera adecuada a las generaciones del futuro, ya que la familia es la base de toda sociedad.